Para Juan Pablo Langlois, la continuidad de su trabajo no está precisamente en las temáticas de sus obras, sino en un persistente interés por provocar la perturbación o el descolocamiento del mirar. Eso se percibe con bastante claridad en «Segundo viaje sentimental», muestra que recorre el itinerario del artista a través de obras tan imprevisibles como Colchón Amatorio, Miss corazones pescados y Papeles ordinarios. Más que cualquier otra cosa, las piezas expuestas aquí son recortes de materiales cotidianos que alteran nuestros modos de ver el cuerpo humano (otro objeto de interés permanente en el trabajo de Langlois). Tal y como señala el artista, si hay algo en común entre las obras de la exposición «Miss» y las esculturas de «Papeles ordinarios», eso es precisamente su capacidad de cuestionar cierta noción del cuerpo ideal que «termina globalizandose e imponiendose» en desmedro de nuestra propia identidad cultural.